Al Pueblo de París

[conocido como Segundo "Affiche Rouge"]

Los Delegados de los Veinte Distritos de París

Cartel

París, 6 de enero de 1871



Colección Carteles de las Comunas de París y Lyon 1870-1871

(Foto cartel original: Archivesautonomies.org

Traducción y montaje fotográfico: grupgerminal.org en Alejandría Proletaria)


AL PUEBLO DE PARÍS

Los Delegados de los Veinte Distritos de París

El Gobierno que, el 4 de septiembre, se encargó de la defensa nacional ¿ha cumplido su misión?

- ¡No!

Somos 500.000 combatientes ¡y 200.000 Prusianos nos acorralan! ¿De quién es la responsabilidad, si no de los que gobiernan? Solo han pensado en negociar, en vez de fundir cañones y fabricar armas. Se han negado al reclutamiento en masa.

Han dejado en sus puestos a los bonapartistas y metido en la cárcel a los republicanos. Sólo se han decidido a actuar contra los Prusianos después de dos meses, tras el 31 de Octubre. Con su lentitud, su indecisión, su inercia, nos han conducido hasta el borde del abismo: no han sabido ni administrar ni combatir, a pesar de que tenían entre sus manos todos los recursos, los alimentos y los hombres.

No han sabido comprender que, en una ciudad sitiada, todo lo que sostiene la lucha para salvar la patria posee un derecho igual a recibir de ella la subsistencia; no han previsto nada: donde debería haber abundancia, ellos han provocado la miseria; la gente muere de frío, ya casi de hambre: las mujeres sufren; los niños languidecen y fenecen.

La dirección militar es más deplorable todavía: salidas sin objeto; luchas mortíferas, sin resultados; fracasos repetidos, que podrían desmoralizar a los más bravos; París bombardeado. -- El Gobierno ha mostrado su talla; nos mata.- La Salvación de París exige una decisión rápida. - El Gobierno sólo responde con amenazas a los reproches de la opinión pública. Declara que mantendrá el ORDEN, - como Bonaparte ante Sedan.

Si los hombres del Ayuntamiento tienen todavía algo de patriotismo, su deber es retirarse, dejar que el pueblo de París tome en sus manos la tarea de su liberación. La Municipalidad o la Comuna, como quiera llamársele, es la única salvación del pueblo, su único recurso contra la muerte.

Toda incorporación o intromisión del poder actual sólo sería una chapuza, que perpetuaría los mismos errores, los mismos desatres. La continuación de este régimen es la capitulación, y Metz y Ruan nos enseñan que la capitulación no es solo todavía y siempre la hambruna, sino la ruina y la vergüencia. Es el ejército y la Guardia nacional transportados prisioneros a Alemania y desfilando en las ciudades entre los insultos del extranjero; el comercio destruido, la industria muerta, las contribuciones de guerra aplastando París: esto es lo que nos prepara la impericia o la traición. El Gran Pueblo del 89, que destruyó las Bastillas y derrocó los tronos ¿esperará, en una desesperación inerte, que el frío y la hambruna hayan helado en su corazón, cuyos latidos cuenta el enemigo, su última gota de sangre? - ¡No!

La población de París no querrá jamás aceptar estas miserias y esta vergüenza. Sabe que todavía está a tiempo, que unas medidas decisivas pueden permitir a los trabajadores vivir, a todos combatir.

Requisa general, Racionamiento gratuito,

Ataque en masa.

La política, la estrategia, la administración del 4 de septiembre, continuidad de las del Imperio, están bajo juicio.

¡PASO AL PUEBLO! ¡PASO A LA COMUNA!

Los Delegados de los Veinte Distritos de París

[Firmas ilegibles]